1906 Reserva Especial
Con una concentración de Extracto de 15º Plato y un volumen de alcohol del 6,5%. Se elabora a partir de una cuidada selección de maltas tostadas y lúpulos de las variedades “Perle Hallertau” y “Nugget” que consiguen darle un aroma, un color ámbar oscuro y un marcado sabor a dichas maltas.
De abundante espuma cremosa, que se mantiene durante todo el consumo de la cerveza dejando el característico “encaje de Bruselas” en el vaso. El efecto del alcohol es perceptible pero de carácter suave y cálido, sin las asperezas que caracterizan la presencia de alcoholes superiores.
Esta cerveza se elabora a partir de una cuidada selección de maltas tostadas y lúpulos selectos de las variedades “Perle Hallertau”, que le ofrecen un aroma, color y sabor característico que se mantiene durante todo el consumo de la cerveza, dejando como sólo lo hacen las grandes cervezas, el característico Encaje de Bruselas.
En la mezcla se aportan tanto el lúpulo como la malta, en ésta cerveza predomina el aroma limpio, franco e intenso de la malta tostada.
De bonito color ámbar oscuro. Limpia y brillante, y de abundante espuma espesa y cremosa que se mantiene durante todo el consumo.
En boca se presenta espesa, densa, elegante y redonda, presenta un punto de amargor elegante que se funde en boca. Postgusto largo y agradable.
Temperatua de servicio: 5º C
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This beer is made from carefully selected malts and hops of the aromatic Perle Hallertau variety, providing a good balance of aroma and bitterness. Its dark amber colour and pleasant roasted notes come from a generous use of roasted malts.
The head is abundant and creamy, retained throughout drinking and leaving a characteristic “Belgian lace”. The sensation of alcohol in the mouth is mild and warm, without the roughness usually found in beers of the same alcohol content.
Una cerveza que cumple con la Ley de Pureza de 1516 decretada por Guillermo IV de Baviera que establecía que la cerveza solamente se debía elaborar a partir de tres ingredientes: agua, malta de cebada y lúpulo. Elaborada únicamente con estos ingredientes se obtiene una cerveza de color amarillo oro con reflejos oro viejo, con un sabor equilibrado, un ligero amargor y un sutil toque de regaliz.
Su color es de un dorado ligero y brillante, con espuma blanca cremosa y consistente.
En nariz se perciben notas de fruta blanca, caramelo, galleta, cereal tostado, lúpulo floral y miel y en boca tiene una entrada ligera-media, refrescante, con un amargor marcado pero elegante.
En boca vuelve la fruta (fruta blanca, naranja), con ligero cereal tostado, miel, galleta María, lúpulo floral. De media intensidad, su final es seco, con notas de cereal ligero y galleta.
Paulaner Salvator
Con esta bebida comienza la historia de nuestra fábrica de cerveza. Y también la historia de la cerveza fuerte en Baviera, ya que fueron los monjes paulinos los inventores de esta bebida estacional de alto contenido alcohólico y baja fermentación.
Desde hace ya más de 375 años fabricamos la cerveza Salvator siguiendo la receta tradicional, que hemos ido perfeccionando con el paso de los años: con una corona de espuma color caramelo, esta cerveza de tonalidad castaña, combinada con su seductor aroma de chocolate, despliega su agradable intensidad en cada sorbo. A ella se une la más fina malta de Múnich, completada por una ligera nota de lúpulo en el paladar.
Tantas veces copiada pero nunca conseguida: ¡la madre de todas las cervezas estacionales de alto contenido alcohólico, designadas tradicionalmente con el sufijo “-ator“!
Un 18,3 por ciento de mosto original y un 7,9 por ciento de alcohol. Salvator no es sólo la más tradicional, sino también la más fuerte de nuestras cervezas.
En origen fue fabricada por los monjes paulinos para su propio consumo, como sustituto alimenticio en épocas de ayuno, que al parecer tampoco era tan frugal. Su elevada calidad y excelente sabor no sólo alentaron a estos monjes acostumbrados a la bebida, sino que lograron despertar la chispa y la alegría vital de viejos y jóvenes. Sin embargo, los monjes no pudieron servir oficialmente su cerveza Salvator hasta 1780, año en el que el príncipe elector Carlos Teodoro probó una jarra de la bebida y quedó completamente cautivado.
Siguiendo la antigua tradición de los monjes paulinos, celebramos cada primavera la apertura del primer barril en el Nockherberg. Y al igual que entonces, ofrecemos también la primera jarra al soberano, en este caso al Primer Ministro bávaro. El hecho de que los políticos sigan asistiendo a la fiesta todos los años pese a las chanzas de las que son objeto, se debe al parecer a esta cerveza especial.
Servida tradicionalmente en grandes jarras de cerámica de Keferloh, con su gusto de malta, un dulzor equilibrado y un delicado sabor afrutado, la cerveza original de Paulaner resulta excelente para el acompañamiento de platos igualmente sustanciosos, como por ejemplo el pato con ciruelas.