El exotismo de esta pils (4,7%) jamaicana, reside sobre todo en su origen de producción. Sin embargo, no está desprovista de otras originalidades ya que, por ejemplo, apenas tiene amargor, dejando a sus maltas el papel principal de su consumo. Aporta esencialmente un gran frescor tanto en el paladar como en conclusión, sin olvidar la sensación del retrogusto cuando se toma directamente de esa botella tan característica, que recuerda a los años cincuenta. Escalofríos nostálgicos y placeres garantizados.
Oitava Colina Florinda
Florinda. La luz de la Colina, intocable, con clase. Ella pasa y las miradas se iluminan. No es rica en posesiones, pero si en maneras y carácter. Pasea frescura por las calles de la colina. Es elegancia al andar y por donde pasa deja aroma, por los cabellos repletos de flor de lúpulo, la planta que hace agitar la Colina.
Cerveza de color dorado intenso, donde las levadurs de tipo lager permiten la plena expresión de sus ingredientes.
A pesar de ser una cerveza fácil de beber, presenta un sabor lleno a malta, combinado con aromas florales de lúpulo y un rico amargor final. Nuestra dulce Florinda, de Lisboa para el Mundo.