La Trappe Dubbel tiene un color tostado intenso y una agradable espuma beis. El uso de malta caramelizada crea un carácter aromático suave, similar al caramelo. El sabor es incondicional y ligeramente dulce. La Trappe Dubbel fermenta en la botella y es ligera al beberla, pero con un “cuerpo” y sabor completos.
Cerveza trapense de alta fermentación, no filtrada.
La cerveza original que empezaron a elaborar los monjes trapenses en la abadía de Onze Lieve Vrouw Van Koningshoeven en 1884.
Tiene un intenso aroma a naranja equilibrado por los lúpulos florales y especiados.Dominan los sabores de malta complejos y ricos, que recuerdan al vino y terminan con una dosis refrescante de lúpulos especiados.
Quadrupel es la cerveza más fuerte de La Trappe con un agradable color ámbar. Su sabor cálido e intenso está correcta y completamente equilibrado. Cebada dulce, suavemente destilada y agradable amargor con un regusto dulce. Quadrupel fermenta en botella y proporciona aromas como plátano, almendra y vainilla, entre otros.
Cerveza trapense de alta fermentación, no filtrada.
La Trappe PUUR
Color: Rubia clara con una buena capa de espuma consistente.
Aroma: Lúpulo de carácter cítrico y floral, esencias de cebada sobre un fondo de aromas de fermentación.
Sabor: En la elaboración de esta cerveza con certificado Skal se han utilizado exclusivamente ingredientes ecológicos de primera calidad. El resultado es una cerveza trapense fresca y lupulosa con un sabor seco de ligero regusto a cebada. La Trappe PUUR es una alternativa plena de sabor a las pilsener tradicionales.
Regusto: Amargo y seco.
Cerveza trapense ecológica y ligera
Elaborada con energía verde. PUUR de La Trappe cuenta con el certificado Skal y se elabora con energía verde. Y esa es la razón por la que el padre Abt decidió bautizar a esta cerveza con el nombre de ‘PUUR’, que significa “natural” en holandés. El lúpulo, cultivado de forma ecológica, procede directamente del agricultor. En 1884, los monjes de la abadía de Nuestra Señora de Koningshoeven, situada en la localidad holandesa de Berkel-Enschot, empezaron a elaborar cerveza a pequeña escala para hacer frente a sus gastos más elementales.
Si bien es cierto que el proceso de producción moderno, con todos sus controles de calidad, no se puede comparar con el método original, no es menos cierto que los elementos más valiosos y característicos se han conservado hasta nuestros días. Y no nos referimos sólo a la receta y a la ética laboral de los monjes, sino también al respeto a la naturaleza y a la solidaridad entre las personas. Así, la receta de PUUR de La Trappe surge de combinar el sempiterno afán por alcanzar la máxima calidad y la pasión por la cerveza, todo ello sin olvidar nunca nuestro propósito de administrar con respeto la creación de Dios.