Es una cerveza rubia, de alta graduación alcohólica. Sabor suave, amargo y a la vez dulce. Buen cuerpo y equilibrio entre sus aromas y el amargor. Su gran densidad hace de ella una cerveza para degustar a pequeños sorbos, como si de un licor se tratara.
Cerveza que usa como base la Struise Cuvée Delphine y a la cual se le aumentó el contenido alcohólico mediante el método de congelado propio de las Eisbock hasta alcanzar nada más y nada menos que 26% de alcohol.