Después de probar una botella que debió sufrir un golpe de calor, he podido volver a probarla, y esta vez comprada directamente en su obrador de Castellfollit de la Roca, donde pudimos visitar las instalaciones y conversar con Ramon Poch. Estaba perfecta, como el resto de cervezas que hacen. Esta ha ganado la medalla de plata en la categoria Hefeweizen en el Craft Beer Festival de Irlanda (y también consiguieron otra de oro en la categoria Stout).
Una decepción. Sin cuerpo, nada turbia como sería de esperar en una de trigo, regusto tirando a agrio. Habrá que repetir más adelante por si hubo algún problema con esa botella o lote.