Siguiendo la tradición de los vinos calientes de los países nórdicos, Bélgica, paraíso de la cerveza, se luce con una glükriek sazonada a la canela y con un toque azucarado y afrutado de cereza. Su divisa calienta tanto el paladar como el corazón
estos inviernos que suelen resultar tan sombríos. Su sabor azucarado sobre el fondo de un lambic discreto reconforta y ayuda a pasar el invierno al calor, preservando el paladar con esa dulzura que recuerda los veranos pasados y futuros. Ver menos