La herencia
La abuela Fortunata llevaba en el corazón toda la alegría de su tierra. Definitivamente nuestra ciudad nunca había recibido a una mujer de los andes con tanta calidez, temple y amabilidad. Siempre buscaba el progreso de su familia y amigos, e invitaba a celebrar la vida con alegría y pasión. Luego de dos generaciones compartimos con ustedes esta herencia jacarandosa a través de esta cerveza hecha con amor y dedicación.