El agua que utilizamos es la parte más importante pues es un 90% de nuestro producto. De nuestro propio manantial, y con un PH y una dureza adecuada para el estilo que elaboramos, hace que comience con ella un proceso que nos llevará
conseguir eso que tanto buscábamos y se llama Pontesa.
Las maltas, importadas de Alemania y Bélgica, maltas nobles, ecológicas, tostadas lentamente para dar ese cuerpo y color que caracteriza nuestra cerveza.
Los lúpulos de origen Alemán, aromático e intenso aportan el amargor y ese toque tan especial en el regusto de Pontesa, que hace que cada trago sea único.
Fermentamos a temperatura controlada, con la cepa de levadura que aporta a Pontesa su carácter, su identidad, su sabor único. Tras la fermentación, un reposo en frio y una guarda de 2 meses proporcionan a la cerveza cuerpo y redondea sus sabores.
Embotellado y etiquetado al igual que el resto del proceso se realiza de forma manual y aportando el mismo cariño a la imagen, que el que ponemos a la hora de elaborar nuestro preciado brebaje. Less