hierba fresca recien cortada, algo de fruta y pieles de cítricos como pomelo.
En boca el primer trago es amable y equilibrado, lleno de cuerpo y sabor, pero tras éste en un segundo y tercer trago se transforma en una bestia lupulada que te golpea el paladar y te deja el retrogusto plagado de lúpulo.
Sus 100 ibus se hacen notar trago tras trago y el torrefacto NO hace acto de presencia.
¿Dirías a ciegas que estás tomando una cerveza negra? Probablemente no.