No se conoce con exactitud fecha y época, pero cuenta la leyenda que a mediados del siglo XIX existía una cerveza cuya receta era única. Su sabor acentuado se manifestaba a través de un amargor de alta calidad, con un aroma único procedente de las naranjas de Acebo en la Sierra de Gata y del lúpulo bávaro. Una cerveza dorada, suave y de gusto amable.