El arpa, el oro y la firma del fundador de la cervecería amplifican la epopeya de la Guinness. Este brebaje de gusto y raza inimitables exalta su gusto y su aroma por la utilización de granos de cebada torrefactados. Negra
fluida, subraya todos los contrastes. Al igual que un valiente guerrero, lanza su grito de victoria sobre una nota de cordialidad. Sin duda, su lado oscuro queda realzado por un collarín de los más cremosos. Esta crema tan legendaria es el resultado de una técnica que consiste en inyectar nitrógeno en el momento de servirla a presión.
Para satisfacer a todos los caballeros que recorren el mundo (sin llevar consigo una bomba para dar presión a la cerveza), Guinness inventó en 1988, un sistema que permite elaborar la cerveza en la propia lata : el llamado floating widget. Mediante la acción de una bola que queda perforada en su centro al abrir la anilla, al servirla la cerveza recibe su indisociable espuma untuosa.
Y para los protectores de los caballeros, pero sin instalación para servir la cerveza a presión en su establecimiento, Guinness inventó en 2006 el Surger. Se trata de un aparato sencillo e ingenioso que permite servirla igual que si se tirara del barril. Mediante el envío de una onda sonora, como por arte de magia, aparece una espuma abundante con todo su atractivo.
Más allá de cómo se sirva, una Guinness es siempre una Guinness : el mismo cuerpo bien armado, el mismo collarín blanco cremoso y, sobre todo, ¡ el mismo gusto reconocible por todos !
Su famoso sabor, a veces imitado pero nunca igualado, se ha convertido en el símbolo de la categoría de las cervezas negras. No se habla de amargor, sino más bien de su cebada torrefactada que le aporta el gusto del café y la chicoria, dentro de un guante de terciopelo. Se llega a apreciar casi como un irish coffee, con una espuma apretada y untuosa que la corona. Less